¿Cuántas veces te han preguntado si no has dormido bien y al querer saber por qué te han dicho que tenías ojeras? Aunque la falta de sueño sea uno de los principales factores que potencian la aparición de ojeras y bolsas, el estrés, la propia genética, la mala alimentación, fumar, beber alcohol, la sinusitis, algunas alergias y los problemas renales también pueden provocarlas.
En lo que al descanso se refiere, se ha demostrado que dormir en exceso (más de 9 horas al día en función de la edad) puede provocar la aparición de ojeras y bolsas, ya que se activan menos los músculos orbiculares de los párpados, no se estimula el drenaje y como consecuencia al día siguiente nos despertamos con los tan temidos ojos de mapache o panda.
Dormir boca abajo hace que salgan más ojeras y bolsas
Es tan importante entender cuántas horas hay que dormir para no tener ojeras o bolsas como la postura que adoptamos al conciliar el sueño. Los especialistas de la piel (entre ellos Harold Lancer, el dermatólogo de Kim Kardashian) afirman que dormir boca abajo o adoptando otras posturas inadecuadas acentúa las ojeras y las bolsas, ya que provoca una presión en los ojos que contribuye a la aparición de sombras oscuras en el contorno, los fluidos del rostro se acumulan y se forman bolsas y retención de líquidos.
La piel del contorno de los ojos es una de las zonas más sensibles y castigadas. Para ser conscientes de ello, solo hay que pensar en los músculos de los ojos, siempre en movimiento. Por si fuera poco, es cinco veces más fina que la del resto del óvalo facial, dispone de menos glándulas sebáceas (responsables de la hidratación de la piel) y a medida que se avanza en edad se vuelve menos flexible, más fina y acumula más melanina (hiperpigmentación).
Para evitar la aparición de ojeras y bolsas, se recomienda dormir con la cara ligeramente elevada, sin oprimirla contra la almohada. De esta forma, se facilita el drenaje de los líquidos del rostro. Para potenciar el efecto, corta dos rodajas de pepino y colócalas sobre los párpados para reposarlos e hidratarlos antes de acostarte. ¡Verás cómo desaparecen!
Deja una respuesta